Legado Artesanal: Ana María Sierra Galván

Guardianes de la Cultura

Ana María Sierra Galván ha estado inmersa durante más de tres décadas en el mundo del Vidrio Estirado, también conocido como sopleteado. Su historia comienza en una fábrica de vidrio donde aprendió los fundamentos de la fusión y encontró las bases necesarias para comenzar su viaje en este arte. 

Su gran habilidad la han llevado a fusionar el vidrio con una variedad de materiales como metal, madera, piedra y barro, creando piezas de joyería y decorativas, siendo realmente impresionante la versatilidad que puede tener esta técnica. 

Lo más notable es cómo ha transmitido su pasión y habilidades a sus hijos, quienes desde una edad temprana comenzaron a experimentar con el vidrio, aprendiendo a medir la temperatura adecuada y la distancia correcta para manipularlo de forma segura y para así crear sus piezas, siendo testimonio del ambiente creativo y educativo que Ana María junto con su esposo Gabriel, han cultivado en su hogar, donde el arte del vidrio es una parte integral de la vida familiar. 

El legado de Ana María Sierra no solo reside en las hermosas obras de arte que ha creado a lo largo de los años, sino también en la inspiración y habilidades que ha transmitido a las generaciones futuras, asegurando que su pasión por el Vidrio Estirado perdure y se expanda aún más. 

Es un gran orgullo y satisfacción el saber que va a continuar nuestro legado, siendo nosotros primera generación; en la actualidad, ya hemos transmitidos estos saberes a nuestras hijas, hijo y nietos; los pequeños son los más entusiasmados por aprender este oficio.

Ana María Sierra Galván, 2024

Su hija Gabriela Tavares Sierra, comparte una experiencia fascinante sobre su aprendizaje en el arte del vidrio; influenciada por su madre y el entorno artesanal, su curiosidad y proximidad a la artesanía la llevaron a explorar este mundo más a profundidad. 

Las primeras piezas que elaboró eran pequeñas y manejables, como aretes y las hojas de las flores, aprendiendo la cantidad exacta de vidrio que se necesita y experimentando con la manipulación del material.  

Como parte de su enseñanza en el oficio artesanal, aprendió a modelar en barro, comenzó su experiencia utilizando el torno y a medida que adquirió destreza, surgió una serie de nuevas ideas que luego aplicaría al vidrio. 

La recomendación de sus padres era "jugar con el vidrio" para familiarizarse con él, ya que este oficio y la técnica artesanal requiere de práctica, paciencia y una comprensión profunda de cómo el material responde a la manipulación.  

Para Gabriela, es un honor tener a sus padres como figuras destacadas en el arte del vidrio. Admira profundamente la meticulosidad y el detalle que ponen en cada una de sus piezas. Este vínculo compartido a través del oficio es una conexión especial con su familia.  

Gabriela aspira que este legado artístico se perpetúe en las generaciones futuras, deseando que sus propios hijos y sobrinos continúen la tradición y el amor por el arte del vidrio.  

Querida mamá, gracias por transmitirme tu legado. Cada lección, cada valor y cada enseñanza que me has dado, los atesoro profundamente. Tu legado vive en mí y me guía en cada paso que doy. Te agradezco por ser mi modelo a seguir, por todo el amor y la sabiduría que compartes conmigo. Te amo mucho.

Gabriela Tavares Sierra, 2024
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